La O.N.U. y las profecías bíblicas


profecías bíblicas y la ONULas Naciones Unidas de la Profecía


Se dice que alguien preguntó al gran Einstein cómo sera la tercera guerra mundial, y que el sabio contestó:

—Francamente, no sé cómo será la tercera guerra mundial, pero en cambio puedo decirle cómo será la cuarta.

—¿La cuarta? ¿Y cómo será?

—Será de pie y con piedras y garrotes.

La respuesta de Einstein es indicio de sus temores acerca de nuestra civilización y nuestro mundo. En efecto, si se produjera otra guerra nos haría retroceder a “la edad de piedra” y convertiría en hombres de las cavernas a los pocos que sobrevivieran.

¿ PODRIA TENER RAZON ?


¿Será posible que Einstein tenga razón? ¿Será posi­ble que nuestra civilización. de la que sentimos tanto orgullo, vaya a desaparecer tan rápidamente, des­truida por sus propias armas? ¿Será posible que la ciencia haya alcanzado cumbres tan altas sólo para derrumbarse arrastrando en su caída a toda la humani­dad?

¿Será posible que la capacidad intelectual del hombre supere de esa manera su naturaleza moral y que su carácter no esté a la altura de su genio inventivo? ¿O estamos entrando en una época en que la naturaleza moral del hombre alcanzará por fin el nivel de su inte­lecto? ¿Estamos en el umbral de una era de paz y prosperidad? ¿Qué nos depara el futuro?

Apreciado amigo, esta entrada, como todas, nos lle­vará a la Santa Escritura (la Biblia), pues ella contiene la respuesta a toda pregunta. El Dios del cielo empeñó su nombre y su trono en la veracidad de las profecías bíblicas, que anuncian con anticipación los acontecimientos que deben producirse hasta el fin de los tiempos. Sólo Dios pue­de prever el futuro con certeza. Leamos lo que dice su Palabra:

"Porque no hará nada el Señor Jeliová, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas" (Amos 3:7). "Desde ahora os lo digo antes que se haga, para que cuando se hiciere, creáis que yo soy" (San Juan 13:19). "Las cosas primeras he aquí vinieron, y yo anuncio nuevas cosas: antes que salgan a luz, yo os las haré notorias" (Isaías 42:9).

¡Cuánta seguridad hay en estas declaraciones! ¿Quién comprometería su prestigio aventurando una predicción sobre el futuro de nuestro mundo? Sin embargo, eso es exactamente lo que Dios ha hecho.


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