Más señales proféticas
OTRAS SEÑALES
Hay muchos otros indicios, todos registrados en las Escrituras, que hoy cobran realidad, e integran el conjunto de anticipos del segundo advenimiento de Cristo.
Ansiedad y temor. Un evangelista, San Lucas, describe con estas palabras la situación: “Desfalleciendo los hombres de temor, y en expectativa de las cosas que han de venir sobre la tierra habitada” (S. Lucas 21: 26).
Cuando se considera nuestro destino, hay quienes desmayan de temor. Otros se suicidan y la mayoría contrae dolencias cuyo origen no ha de buscarse sino en el desequilibrio que este panorama genera en los espíritus. Las enfermedades psíquicas están al orden del día. Producen casi tantas víctimas como el cáncer o los trastornos cardíacos. Atacan sin discriminación de sexo, o condición social, pues las amenazas de aniquilamiento nuclear o las erupciones político-sociales repercuten con igual intensidad en el corazón de cada ser humano.
Conflictos laborales. Otro tema que continuamente motiva comentarios. El apóstol Santiago, en su epístola (capítulo 5: 1-4) se refiere a las dificultades que engendraría el desnivel económico-social que se advertiría en estos tiempos.
Cataclismos. Una escritora dice al respecto: “Se siguen unos a otros en rápida sucesión los desastres por mar y tierra. ¡Con cuánta frecuencia oímos hablar de terremotos y ciclones, así como de la destrucción producida por incendios e inundaciones, con gran pérdida de vidas y propiedades!" (Profetas y Reyes, E. G. de Whlte, pág. 207).
"Aparentemente estas calamidades son estallidos caprichosos de las fuerzas desorganizadas y desordenadas de la naturaleza, completamente fuera del dominio humano; pero en todas ellas puede leerse el propósito de Dios. Se cuentan entre los instrumentos por medio de los cuales él procura despertar en hombres y mujeres un sentido del peligro que corren” (La Educación, E. G. de Whlte, pág. 11).
El Evangelio al mundo. La profética declaración de Jesús: “Y será predicado este Evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio a todos los gentiles; y entonces vendrá el fin” (S. Mateo 24: 14), se está cumpliendo literalmente. Por las ondas radiales, la prensa, la televisión y la palabra hablada, el mensaje salvador llega hasta los confines de la tierra. Nunca como ahora la Biblia ha circulado con tal profusión y en tantos idiomas y dialectos. Hoy está prácticamente al alcance de todo el mundo. El Evangelio del reino cubre rápidamente la tierra.
Lo notable es que Jesús presentó esta señal como la postrera, después de la cual "vendrá el fin”. Se refiere al fin del mundo, del que habla repetidamente en ese mismo capítulo 24 de San Mateo y también en el siguiente. De modo que todas las señales comentadas apuntan hacia el fin, que se producirá cuando el mismo Señor Jesucristo venga por segunda vez a este mundo.
Será éste el suceso más grandioso que le haya sido dado presenciar alguna vez al género humano. Y hacia él convergen todos los acontecimientos, pasados y futuros. Las señales presenta das están dando la alarma. Cristo vendrá para poner fin al mal en la tierra, llevar con él a quienes estén listos e inaugurar un reino de paz y felicidad.
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