Profecías Bíblicas y Estrés

 La profecías bíblicas muestran la salida para...
... El estrés


El tránsito infernal, el vivir corriendo contra el reloj, los problemas financieros, las frustraciones, las enfermedades, el temor y la hostilidad general, son los principales ingredientes de ese mal moder­no llamado “estrés”, tensión,  preocupación o an­gustia. Para la mayoría de las personas el estrés es inevitable. Pero puede sobrellevarse, hasta cierto punto, si se aprende a convivir con él.

Una salida es esforzarse en desarrollar una vida equilibrada. Claro que en un mundo adverso, eso no es fácil. Sin embargo, la profecías bíblicas muestran que existe un conjunto de ac­titudes que pueden ayudarnos.

¿Qué entendemos por “vida equilibrada”? Us­ted sabe que el hombre es un todo compuesto de los aspectos físico, mental, social y espiritual. Pues bien, una vida equilibrada se compone, precisamente, del desarrollo armonioso de esos cuatro aspectos. El Libro Sagrado, el de las profecías bíblicas, afirma que el cuerpo es “tem­plo del Espíritu Santo” (1 Corintios 6: 19). Si el cuer­po es un templo, debe ser cuidado y protegido. Y no sólo eso, porque el cuerpo y la mente están íntimamente relacionados. Lo que afecta al uno, afecta al otro. Por eso la mente debe ser positiva. La capacidad de poder despojarnos de las tensio­nes viene como resultado de la actitud de pensar en “todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre” (Filipenses 4: 8).

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Y además, para que el ritmo de su vida sea ar­monioso, es necesario mantener una relación social saludable, sin odios ni hostilidades. Aquí es donde se pone en práctica la ética cristiana, que se basa en el amor verdadero que “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13: 7). El amor al prójimo —especie de aceite que suaviza las tensiones sociales— es el resultado de otra realidad: el amor a Dios, que es el reconocimiento de nuestra dimensión espiritual.

El desarrollo adecuado y armonioso de estos cua­tro aspectos, le permitirá a usted dominar las ten­siones. Y para que el ritmo de su vida sea completo, Dios le concede además un día de descanso sema­nal —el sábado—, que “fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado” (S.Marcos 2: 27). El Libro Sagrado también dice: “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y re­posó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y ben­dijo Dios al día séptimo y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la crea­ción” (Génesis 2: 2, 3).

La profecía bíblica muestra que el sábado es una pausa, un remanso, en el que usted rehace sus fuerzas físicas, mentales y espiri­tuales para enfrentar con éxito las tensiones de la vida moderna.


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