Profecías=Biblia necesarias

 LA NECESIDAD DE LAS ESCRITURAS

Toda persona que se llama a sí misma cristiana, que profesa pertenecer a alguna iglesia de Dios, está en la obligación de leer y estudiar la Biblia, el libro profético. 

Cristo les ordena a sus discípulos: “Escudriñad las Escrituras”. Esta orden tiene tanta vigencia como la obligación de guardar los demás mandamientos de Dios. 

Sólo el estudio de la Palabra de Dios, profecía en sí misma, puede preservarnos del error en materia religiosa. 

Si el mundo cristiano está tan dividido en diversas denominaciones y creencias, pretendiendo todos creer en el mismo Dios y en su revelación, la Biblia, es porque la inmensa mayoría de los creyentes no conoce su Libro fundamental, revelada proféticamente. Muchos ni siquiera han visto un ejemplar en toda su vida. ¿Cómo, pues, pueden sostener su fe? 

No es posible que todas las iglesias cristianas, con doctrinas opuestas, tengan la verdad. Porque de otra manera habría que admitir que Dios se contradice. El único patrón para medir una doctrina religiosa para saber si es verdadera es la Biblia, puesto que Cristo reconoció el Antiguo Testamento como inspirado de Dios, y el Nuevo forma una unidad con el Antiguo. 

Por consiguiente, toda otra revelación que pretende provenir de Dios debe estar, forzosamente, de acuerdo con las proféticas Escrituras, se llame esta tradición, nueva luz, o de cualquier otro nombre, porque Dios “es el mismo ayer, hoy y por los siglos”. 

Es hora de que todo cristiano sincero conozca su Biblia, la revelación profética de Dios, el Libro de texto para su propia salvación. 

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