Aprendiendo las profecías bíblicas

 ¿ COMO SE PUEDE APRENDER A USAR ESTA PALABRA PROFÉTICA

En primer lugar, leyéndola. Nadie puede leer la profética Palabra de Dios, aunque sea incidentalmente, sin verse afectado de alguna manera. Cuanto más nos dediquemos a leer el Libro, mayor será su influencia sobre nosotros. 

profecías bíblicas escudriñandolas

Sin embargo, algunos leen la Palabra como la leía el etíope, y, como él, preguntan: “¿Y cómo podré [entenderla], si alguno no me enseñare?” (Hechos 8:31). La Palabra de Dios es tan sencilla y, sin embargo, son tan profundas las verdades que contiene, que a veces a los principiantes les cuesta entenderla o leerla con provecho. Por otra parte, el apóstol San Pedro nos dice: 

Ninguna profecía de la Escritura es de particular interpretación (2 San Pedro 1:20). 

No debemos servirnos de esa espada sino utilizando los métodos claramente enseñados en la Biblia. Si preferimos fiar en nuestro propio juicio, cometeremos errores. La mayor parte de la Escritura fue escrita en lenguaje literal y debe comprenderse literalmente. El resto está en lenguaje simbólico. Cuando se la estudia, deben tenerse en cuenta ciertas normas que da la misma Biblia referentes a su interpretación. 

Escudriñarla con diligencia. No basta leer la Santa Biblia. Es necesario conocerla, y escudriñarla de continuo. 

Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí (San Juan 5:39). 

Si vosotros permaneciereis en la palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os libertará (San Juan 8:31, 32). 

Si un turista estudia constantemente los mapas que le señalan los caminos que debe seguir, no se extravía. Así sucede también con la Palabra de Dios. Sólo en la medida.en que la aceptemos como nuestra guía y nos adaptemos a las instrucciones que encontremos en ella podremos comprender las verdades espirituales. 

Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salud [salvación] (2 Timoteo 3:15). 

Estudiarla diariamente. San Pablo elogió a los cristianos de Berea porque “recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras, si estas cosas eran así” (Hechos 17:11). Tal es la clave del poder en nuestra propia vida. Permanecer en la Palabra de Dios es estudiarla cada día. El estudio de ella nos probará que el Evangelio “es potencia de Dios para salud [salvación] a todo aquel que cree” (Romanos 1:16). Debemos familiarizarnos con las enseñanzas de la Palabra de Dios

Seguir sus instrucciones. La Palabra de Dios nos pone en guarda contra un peligro que acecha a los cristianos. Se refiere a algunos “que siempre aprenden, y nunca pueden acabar de llegar al conocimiento de la verdad” (2 Timoteo 3:7). Es algo que puede suceder, y que sucede, a los que no están dispuestos a seguir las instrucciones contenidas en la Palabra de Dios. Son muchos los que no quieren poner su vida en armonía con las enseñanzas del Libro. 

El caso que sigue ilustra bien esta verdad. Cierto predicador enumeraba algunos de los pecados que desvían a. los hijos de Dios. Cada vez que se mencionaba un pecado, una señora anciana aprobaba audiblemente. Pero cuando el predicador condenó el pecado favorito de ella, ésta con tanta energía como la que había usado al aprobar, protestó: “Ya no predica; ahora está entrando en un terreno que no le corresponde”. 

Todos corremos el riesgo de reaccionar como esta anciana. La Santa Biblia nos parece un Libro maravilloso hasta que condena uno u otro de los pecados que cometernos o alguna creencia errónea; nos apartamos del Libro santo protestando contra las reprensiones de la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Una de las primeras leyes que debe observar el soldado de la cruz es aceptar las reprensiones de la Santa Biblia. Si verdaderamente deseamos obedecer a Dios, él nos mostrará qué es la verdad. Nuestro Señor dijo: 

El que quisiere hacer su voluntad, conocerá de la doctrina si viene de Dios (San Juan 7:17). 

Volveos a mi reprensión: He aquí yo os derramaré mi espíritu, y os haré saber mis palabras (Proverbios 1:23). 

Estudiarla por temas. La Palabra de Dios trata diversos temas. Con buenos motivos Dios nos la dio en una forma que nos obliga a escudriñarla. 

En efecto, salvo en escritos como los de San Pablo—la epístola a los Romanos —, las doctrinas de la Biblia no se presentan en un orden sistemático, como para una mentalidad lógica o científica. No. Las grandes verdades de la redención son para todos: hombres, mujeres, niños, ancianos, no importa la capacidad mental o el grado de ilustración. 

De ahí que estén expresadas en un lenguaje accesible a todos y no se den en un frío razonamiento filosófico. Y si bien son principios divinos y eternos, se dan en vasos humanos; por eso a menudo aparecen entretejidas con hechos de la vida de un hombre o mujer, o se dan como un proverbio o declaración. 

El hombre tiene que descubrir esas perlas generalmente dispersas y agruparlas por temas. Haciéndolo, aprende en el esfuerzo, amplía su mente en la contemplación de esas verdades, desarrolla su espiritualidad al ajustar su vida a ellas. 

Por favor, CREE y ¡HAZLO YA!


---oOooo---

Comentarios