Profecía Bíblica y la Ciencia

profecías bíblicas y la ciencia

 ¿ES LA PROFÉTICA ESCRITURA UN LIBRO ANTICIENTIFICO? 


Se han lanzado acusaciones tan numerosas como falsas contra la profética Sagrada Escritura con el propósito de probar que es anticientífica. Una simple lectura le bastará al lector que no tenga prejuicios para verificar que eso es falso. Es una lástima que ciertas ideas sostenidas por algunos religiosos de la Edad Media le hayan sido imputadas a ella. 

El crítico incrédulo lee esas crónicas fantásticas de los “sabios” de antaño y acusa a la Escritura de ser la fuenté de esos errores. Pero si se diese el trabajo de leerla de principio a fin, descubriría que esas suposiciones nunca se originaron en ella. La verdad es que la Santa Biblia, que es toda profecía, estuvo muchas veces en desacuerdo con las creencias de los sabios de tiempos pasados. 

La palabra ciencia significa saber. Pero la ciencia niega hoy muchas de las cosas que sostenía hace un siglo. Si la Escritura hubiese estado de acuerdo con la ciencia de la Edad Media, hoy sería un libro sin valor. Si hubiese apoyado las teorías científicas de hace sólo un siglo, estaría hoy fuera de moda. La verdad es que la Biblia jamás ha concordado con las falsas teorías científicas nacidas de la ignorancia, las suposiciones o supersticiones.

La ciencia se puede comparar a un niño que crece: no ha llegado aún a su estatura definitiva. Así, ¿no sería ridículo oir a un niño de diez años criticar la sabiduría de un anciano hombre de ciencia? ¡Cuán fatuos resultan algunos teóricos de la ciencia cuando, inseguros como están, se permiten criticar a la antigua Biblia milenaria y profética! La ciencia sigue creciendo, mientras la Biblia tiene desde su origen la estatura definitiva. En esto consiste la diferencia. La Palabra de Dios es una revelación divina. Por lo tanto, no puede ser anticientífica.

Además, no es la Escritura, sino la ciencia, la que está en la incertidumbre. Lo que hoy se considera científico mañana tal vez será motivo de burlas. Las teorías científicas se someten a una constante revisión a medida que los sabios adquieren medios de investigación más perfeccionados.

Sí, la ciencia está sujeta a variaciones. No ocurre lo mismo con la Palabra de Dios. Leamos:

Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra (Salmo 119:89).

. . . Tu palabra es verdad (San Juan 17:17).

Estimado amigo: podemos confiar en la Escritura; concuerda perfectamente con la ciencia verdadera.



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